Centinelas: porque unidos somos más fuertes
La unión hace la fuerza. Un hecho comprobado en la naturaleza y en nuestra propia y breve existencia. Centinelas es una organización que desde sus primeros días tiene claro su escala y su zona de trabajo, motivo por el cual en muchas ocasiones estamos encantadas de colaborar con otras personas, administraciones, organizaciones y movimientos. Unas veces para construir y otras veces para frenar y mejorar iniciativas.
Hoy os traemos una de cada.
Por un lado, os comunicamos que nos hemos adherido a la Estrategia Transnacional de Lucha contra Cortaderia selloana en el Arco Atlántico dentro del proyecto LIFE Stop Cortaderia. Esta estrategia busca coordinar el control y erradicación de esta especie tan dañina para nuestros ecosistemas locales y que para colmo parece que se está poniendo una vez más de moda como elemento ornamental. La estrategia se base en las siguientes premisas:
- Detección y/o alerta precoz.
- Reducción de presencia.
- Restauración y seguimiento de erradicación.
- Investigación.
- Comunicación, educación y sensibilización.
- Legislación y emisión de propuestas.
- Responsabilidades y competencias.
Por otro lado, también nos hemos adherido a la iniciativa Cantabria Sostenible contra la nueva ley del suelo ya que consideramos que la gestión de este bien tan preciado se debe hacer con mucha cautela y la nueva ley no recoge las necesidades para su conservación.
Se desprende la falta de aprecio hacia el paisaje y los valores naturales de éste. De hecho, facilita la construcción dispersa generalizada, los polígonos de almacenaje y una variada gama de complejos turísticos con la posibilidad de construir en suelo rústico. No podemos olvidar que el suelo rústico tiene una función de alta calidad ambiental en la comunidad y esta podría verse afectada.
Junto con otras muchas entidades, instamos a la reformulación de la ley teniendo en cuenta los usos actuales del suelo rústico, las necesidades ambientales del territorio y el hecho de que en la comunidad existen ya gran cantidad de instalaciones y construcciones a las que se les puede dar un segundo uso antes de apostar por nuevas construcciones en suelo no urbanizado.