Efluentes Campaña 2023
El vertido directo de aguas residuales urbanas de modo incontrolado y mediante el vertido directo de efluentes no tratados provenientes de las aguas residuales domésticas mezcladas con los vertidos de pequeñas industrias o talleres localizados en el entorno urbano, así como las redes de alcantarillado genera múltiples contaminantes y un gran impacto en los ecosistemas marinos.
Dada la procedencia de estos vertidos, los contaminantes encontrados en los mismos van a incluir, mayoritariamente, materia orgánica en fase particulada y disuelta, aceites y grasas, detergentes, microorganismos entéricos, así como concentraciones variables de compuestos tóxicos permanentes o bioacumulables, entre los que destacan los metales pesados sobre todo cobre, plomo y zinc, y compuestos orgánicos como hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs) y BPCs.
Todas las fuentes de entrada incontrolada de contaminantes al medio marino, provocan la presencia de concentraciones de estos compuestos en las zonas costeras que, si sobrepasan ciertos niveles, pueden llegar a ser un factor de riesgo para el medio marino y para la salud humana. A nivel de los riesgos que entraña para el medio marino, la presencia de estos compuestos puede provocar la aparición de episodios o procesos locales de eutrofización, contaminación química y/o bacteriológica en las masas de agua afectadas. Las persistencias de dichos episodios pueden acarrear el cambio en la composición y estructura de las comunidades marinas y, el deterioro de los ecosistemas.
Además de estas afecciones, otro problema asociado a estos procesos contaminantes es la biomagnificación de estos compuestos a través de la cadena trófica. Así, los organismos micrófagos como los filtradores pueden llegar a concentrar miles de veces la concentración presente en el medio. De este modo, a pesar de la dilución que se pueda producir en la masa de agua marina y que se produzca una disminución de las concentraciones de estos contaminantes en el agua, éstos se van multiplicando en otras especies de mayor tamaño, a través del consumo de organismos contaminados (plancton, invertebrados, etc.) hasta alcanzar sus máximos en los peces, mamíferos y aves. Teniendo además en cuenta la lentitud con la que se degradan y se incorporan estas sustancias en la cadena trófica hay razones para inquietarse. Así, el consumo de detritus orgánico contaminado puede provocar mortandades masivas de los crustáceos o bien puede provocar la inhibición del crecimiento de la concha de los moluscos de forma significativa.
Más aún, los peces consumidores de plancton, de otros peces y de invertebrados marinos, biomagnifican los contaminantes pudiendo alterar sus funciones metabólicas y fisiológicas al alcanzar ciertas concentraciones y, en el peor de los casos, llegar a provocar mortandades masivas.
Las aves marinas, en la mayoría ictiófagas como es el caso del cormorán moñudo, presentan también graves desordenes fisiológicos al consumir peces contaminados y bioacumular estas sustancias nocivas.
Es por ello que uno de los puntos más importantes dentro de la campaña de inspección es prestar atención a aquellos efluentes o aportes de agua dulce que vierten su caudal al mar a lo largo de los diferentes tramos y en la medida de lo posible estimar o analizar el estado de dicho efluente.
Voluntarios refieren datos tanto del entorno y localización precisa del efluente como de las características intrínsecas del mismo indicando el tipo y tamaño del caudal, la frecuencia con que se produce el vertido, tipo de aporte, pH, temperatura, concentración de nitratos, presencia de animales (vivos y muertos), de vegetación, residuos, contaminación aparente, presencia de espumas, olores…
De esta manera establecemos un perfil de posibles vertidos a lo largo de toda la costa de Cantabria de forma que, al compararlo con los perfiles en otras campañas, analizamos la prevalencia de los mismos y las medidas de remediación propuestas o implementadas, en el caso de que se hayan producido por parte de las autoridades competentes.
En esta campaña 2023, los voluntarios han identificado 56 efluentes que vertían al mar, de los cuales al menos 30 tenían indicios serios de estar contaminados debido a la presencia de fuertes olores, espumas o incluso animales muertos en sus inmediaciones. 52 de ellos fueron analizados fisicoquímicamente por los voluntarios utilizando los kits de análisis para la toma de muestras de las aguas dulces proporcionados por nuestra entidad, mostrando diferentes variaciones en cuanto a los valores de acidez (pH) o nitratos.
En el caso de las medidas de nitratos, en dos efluentes se midieron valores por encima de los 25 mg/L. denotando concentraciones de origen no natural en el agua y posiblemente un efluente contaminado.
- B29 T6. Robayera (Estuario)
- B30 T3. Playa de Usil
En otros 10 efluentes los valores indicaban el límite de 25 mg/L.
- B28. Varios tramos en el entorno de la punta del Cuerno y playa de Usgo ( Miengo)
- B29 T5. Punta águila-Robayera
Un elevado valor de compuestos nitrogenados (> 25 mg/L) se asocia a actividades de origen industrial, ganadero o urbano (vertido de residuos industriales, de aguas residuales urbanas o de efluentes orgánicos de las explotaciones ganaderas, y lixiviación de vertederos, entre otros).