Efluentes

Llamamos efluente al aporte de agua dulce de tierra a mar. El origen de esta agua puede ser muy diverso, tanto de origen natural como no, y lo que nos interesa resaltar a la hora de recoger los datos sobre los efluentes es si esta aportación de agua dulce viene contaminada o no. Para ello el voluntario hace una serie de análisis. Por un lado se analiza y caracteriza de forma sensorial el efluente, su origen, tamaño, apariencia. Estos datos nos pueden dar una primera idea sobre el origen y el estado del agua. Una vez concluida esta analítica se procede a hacer una segunda que responde a parámetros físico químicos, temperatura, pH y Nitratos. Para esta, los voluntarios disponen en su kit de un termómetro y de tiras reactivas.

En los datos recogidos por los voluntarios en la campaña 2019 se han identificado un total de 117 efluentes, 17 menos que en la campaña anterior a pesar de que el número de tramos ha incrementado respecto a los datos del 2018. De estos efluentes, su mayoría corresponden a filtraciones y manantiales alcanzando el 47% de la totalidad. Para este caso el origen estaría relacionado con los usos del suelo de la zona colindante, que lejos del aporte de agua objetivo de estudio, puede estar influyendo en la calidad del agua que llega a la costa.

Los voluntarios continúan su estudio con el análisis visual, determinando que en un 17% existe señales de vida animal lo que en principio es una buena señal ya que para que esto se dé se necesitan condiciones de agua oxigenda. Pero sería necesario un segundo análisis del carácter bioindicador de los animales presentes. En un 37% se han observado señales de vida vegetal. Este dato requiere de observación ya que es posible que el exceso de vegetación pueda ser síntoma de un exceso de nutrientes en el agua que podría llamar la atención de la posible afección por detergentes u otro tipo de contaminante. Un agua estancado y cargado de materia orgánica puede eutrofizarse y perder toda su calidad. Esto da lugar a la aparición de ciertas algas por lo que en aquellos tramos en los que se detecta vida vegetal es necesario observar la cantidad de nitratos y la temperatura recogida. Además como novedad este año se solicitaba la observación de algas filamentosas que pueden indicar alta concentración de nutrientes y en 6 tramos los voluntarios han detectado este tipo de algas. Diez de los tramos en los que se detectaron vida vegetal también se detectó una concentración de nitratos alta y en 5 de ellos se detectó también color y espumas en el agua. Estos tramos quedarán pendientes de un seguimiento para detectar la gravedad o no de la contaminación.

En 23 efluentes, lo que representa el 20%, los voluntarios observaron mal color y/o espumas, en 5 de ellos le acompañaba mal olor, sin embargo solo en 1 de ellos las concentraciones de nitratos mostraban contaminación llamativa. Otros datos observables que también nos pueden orientar sobre la contaminación del agua es la aparición de restos de aceites pero este año los voluntarios no han detectado esta observación en ninguno de sus efluentes.

Además de estas preguntas sobre el estado del agua, también es interesante saber como se encuentra el litoral cercano al efluente y para ello los voluntarios determinan si hay basura y residuos a su alrededor o si hay un posible vertido de aguas fecales. Siendo afirmativa la respuesta en un 24% y un 9% respectivamente. Sin embargo, si observamos los resultados de los nitratos para los tramos en los que se detectan aguas de origen fecal las concentraciones solo muestran indicios de contaminación aparente en uno de ellos obteniéndose 25 mg/l.

Pasamos al análisis físico-químico de los efluentes, en el que se toman datos sobre la carga de nitratos en el agua, su temperatura y su pH. Los datos que se estiman entran dentro de la normalidad en nuestro litoral están entre 0-10 mg/l de nitratos, 10º-15º de temperatura y sobre 7-8 de pH teniendo en cuenta los suelos calcáreos del litoral cantábrico.

A continuación se detallan aquellos resultados obtenidos por nuestros voluntarios en los cuales los datos quedan fuera del rango expuesto.

Los efluentes que presentan valores entre 10 mg/l y hasta 25 mg/l fueron 21, mientras por encima de 50 mg/l se encontraron 3. En el primero de los casos son aguas moderadamente afectadas por una contaminación orgánica que en principio no causa efectos ambientales o sanitarios relevantes pero para aquellos con valores superiores a 50 mg/l sí se puede desencadenar problemas ambientales tales como la pérdida de oxigeno del agua. Se trata de los tramos B36T04, B46T10 y B53T02. Todos ellos se corresponden con filtraciones. En primero de los tres, el voluntario/a a detectado que corresponde a un antiguo vertedero y en el tercero de los casos los valores de pH muestran un alta acidez. Destacamos también el tramo T30B03 en Úsil y el B13T06 en Merón que aunque la concentración de nitratos está en 25 mg/l otros parámetros como el pH o la observación sensorial muestran indicios de contaminación ambiental destacables.

Podemos destacar como dato positivo el alto descenso en el número de tramos con observaciones que nos pueden mostrar afecciones negativas en las aguas que van a desembocar en el mar. Habrá que hacer seguimiento de aquellos efluentes que muestran indicios de contaminación ambiental pero que en comparación a campañas anteriores el número de estos es muchos menor.